Creo que no puedo dormir porque tengo hambre. Ya no hay ovejas que contar ni viaje imaginario por hacer. He dado mil vueltas pero no encuentro la postura. Pasan las horas y no tengo descanso. La noche es larga, el día será eterno. Ya está todo pensado, incluso masticado. Balbuceo mientras ella duerme. No quiero molestar. Me muevo sin sentido, imagino mentiras y me creo mis pesadillas. Estoy oyendo voces. Me levanto sobresaltado y miro el móvil, son las 4:00. Calla, voy a escribir.
Fresco, ligero, rápido y como le gusta a Niceto: de limpia ejecución. También es versátil, como Essien. Vale para el día a día, para una cena más especial, para quedar bien ante tus padres, para ligar o para rellenar el maldito ‘tupper’ de mañana. Venga va.
Niceto llevaba tiempo con la receta en la cabeza y un día la hizo realidad. No había invitados, tampoco era un día especial. Sólo ganas de cocinar y necesidad de tener una comida base para la semana. Incluso pudimos congelar para alguna otra ocasión de urgencia. Hoy, ya no queda pero todavía la recuerdo.